Un Egregor es una entidad psíquica autónoma. Una forma de pensamiento colectiva capaz de influir en las personas. Son creados por un grupo de personas para fines específicos. Dios es un Egregor. Un ser creado por una comunidad de personas con unas intenciones definidas. Es una entidad o que se crea cuando un grupo de personas se enfocan intensamente en una idea, creencia o propósito común, permitiendo que dicha entidad ejerza una influencia significativa sobre las creencias, comportamientos y decisiones de los individuos dentro de esa comunidad.
Aunque los aviones no son propiamente un egregor en el sentido esotérico del término, sí guardan cierta relación, ya que su materialización se debe al desarrollo de los pensamientos humanos y al deseo colectivo de alcanzar algo que muchos anhelaban.
Dios podría ser considerado como un egregor en el sentido de que la idea y la imagen de Dios son sostenidas y alimentadas por las creencias, pensamientos, oraciones y devociones de innumerables personas a lo largo del tiempo. En este sentido, Dios como concepto podría ser visto como una entidad colectiva, creada y mantenida por la energía mental y emocional de los creyentes.
El término "tulpa" proviene del budismo tibetano y se refiere a una entidad o forma que nace de la concentración mental y la meditación. Originalmente, una tulpa es una manifestación mental tan intensa y sostenida que llega a convertirse en una entidad separada con su propia existencia, aunque siempre dependiente del creador para su sustento.
Historia y Definición
La palabra "tulpa" tiene sus raíces en el tibetano "sprul-pa," que se traduce como "emanación" o "manifestación mágica." De acuerdo con las enseñanzas tibetanas, un practicante avanzado de meditación puede generar una tulpa mediante una visualización intensa y un enfoque mental sostenido. Esta entidad, aunque inicialmente es un constructo mental, puede llegar a tener una presencia perceptible e, incluso, según algunos relatos, influir en el mundo físico.
Ejemplos Modernos
En la cultura occidental contemporánea, el concepto de tulpas ha sido adoptado y reinterpretado. Un ejemplo notable es la comunidad en línea dedicada a la creación de tulpas, donde los individuos reportan haber creado compañeros mentales con personalidad y autonomía propias. Estas tulpas pueden comunicarse con sus creadores y, en algunos casos, actuar de manera independiente.
La creación de tulpas, según los practicantes modernos, implica un proceso de visualización detallada y constante interacción mental. Aunque este fenómeno sigue siendo objeto de investigación y debate, plantea preguntas fascinantes sobre la naturaleza de la mente y la realidad subjetiva.
Mientras que las tulpas son creaciones individuales, los egrégores son entidades formadas por la energía mental y emocional de un grupo de personas. El término "egrégor" proviene del griego "egregoroi," que significa "vigilantes" o "guardianes."
Un egrégor se define como una entidad colectiva que se forma cuando un grupo de personas comparte un mismo pensamiento, creencia o propósito. Esta entidad no es necesariamente consciente, pero puede influir en el comportamiento y las emociones de los miembros del grupo. En algunos casos, los egrégores pueden adquirir una cierta autonomía y actuar de manera que refuerce las creencias y comportamientos del grupo que los creó.
Naciones y Nacionalismo: Un ejemplo clásico de un egrégor es la idea de una nación. La identidad nacional se basa en una serie de creencias, símbolos y emociones compartidas por los ciudadanos. Este egrégor puede influir en el comportamiento de las personas, fomentando el patriotismo, la solidaridad y, en algunos casos, la hostilidad hacia otras naciones.
Religiones: Las religiones también pueden ser vistas como egrégores. La fe compartida, las prácticas rituales y las creencias comunes crean una entidad colectiva que puede tener un impacto profundo en los individuos. Por ejemplo, la Iglesia Católica, con su historia, doctrinas y rituales, puede ser considerada un egrégor que influye en la vida de millones de personas.
Corporaciones: Las empresas y corporaciones pueden funcionar como egrégores. Una corporación grande, con su cultura empresarial, valores y objetivos compartidos, puede influir en el comportamiento y las decisiones de sus empleados y clientes. El egrégor corporativo puede impulsar la innovación, pero también puede llevar a una competencia desenfrenada y a la explotación.
Tanto las tulpas como los egrégores pueden ser herramientas de manipulación si se entienden y utilizan con ese propósito. La influencia de estas entidades mentales puede ser sutil pero poderosa.
Los medios de comunicación son un ejemplo claro de cómo los egrégores pueden ser utilizados para manipular a las masas. Las campañas de propaganda y las narrativas mediáticas pueden crear egrégores que influyan en la opinión pública y en el comportamiento de las personas. Por ejemplo, durante tiempos de guerra, los gobiernos pueden utilizar la propaganda para crear un egrégor de patriotismo y unidad nacional, movilizando a la población en apoyo del esfuerzo bélico.
La industria de la publicidad también utiliza principios similares para crear egrégores que influyen en el comportamiento del consumidor. Las marcas se esfuerzan por crear identidades y valores que resuenen con los consumidores, fomentando un sentido de pertenencia y lealtad. Un ejemplo de esto es la marca Apple, que ha creado un egrégor poderoso alrededor de la innovación, el diseño y la exclusividad, lo que lleva a muchos consumidores a preferir sus productos sobre otros.
Los movimientos sociales, tanto positivos como negativos, pueden ser vistos como egrégores. Por ejemplo, el movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos creó un egrégor de justicia e igualdad que inspiró a millones de personas a luchar por el cambio. Sin embargo, movimientos más oscuros, como los de ideologías extremistas, también pueden formar egrégores que manipulan a las personas para actuar de maneras perjudiciales.